Una de las plantas nativas del
Semidesierto Queretano que más apreciamos y valoramos es
el orégano. Sus usos y
sus aplicaciones pueden ser muy variados, pero generalmente la recordamos
asociada a algunos de nuestros platillos favoritos, como el pozole y los
nopalitos.
Más allá de sus usos culinarios, el
orégano también tiene muchas propiedades medicinales y es una buena especie
forrajera, ya que los chivos y las borregas también la conocen y la aprecian.
Los usos medicinales del orégano abarcan
tanto problemas digestivos como circulatorios y hasta algunos de tipo muscular
o de la piel.
Desde la perspectiva tradicional sus
cualidades curativas están relacionadas con su carácter de planta “cálida o
caliente”, lo que significa que al consumirla, provocará un poco de calor en el
cuerpo y por lo tanto ayudará a tratar enfermedades provocadas por frío, como
gripa, tos, cólicos menstruales y algunos dolores musculares.
Cosecha de orégano silvestre |
Desde el punto de vista fitoquímico (la
química de las plantas), las cualidades del orégano radican en la riqueza de sus
componentes, como el aceite esencial, el cual está integrado por diversas
sustancias conocidas técnicamente como fenoles, monoterpenos, alcoholes
alifáticos y ácidos orgánicos. Todos estos compuestos, además de sus extraños nombres,
tienen propiedades químicas que nos permiten emplear al orégano como
antimicrobiano, antioxidante, conservador natural o hasta como anti-carcinógeno.
Esta compleja mezcla de sustancias
químicas es percibida por nuestros sentidos como el inconfundible aroma que siempre
estimula nuestra memoria y nuestro aparato digestivo, por eso es que al
consumirla favorece la secreción de los jugos gástricos y mejora la digestión
de los platillos sazonados por el orégano.
En nuestro entorno regional existe una
sola especie de orégano sin embargo, en las
comunidades rurales se reconocen hasta tres variedades distintas de ella.
Las distinciones empíricas reconocidas
localmente se refieren al tamaño de las hojas (las de hoja pequeña y las de hoja
grande), a la intensidad del aroma (suave y fuerte) y al tamaño de la planta
(la grande y la chaparrita). No obstante todas pertenecen a la misma especie: Lippia graveolens, de la familia Verbenaceae.
Sin olvidar que también existe una
especie de orégano europeo (Origanum
vulgare) que no es significativamente comercializado en nuestro país.
Las diferencias percibidas por los
conocedores del orégano local no son más que variaciones físicas entre plantas
de las misma especie, favorecidas por las diferencias físicas de los terrenos
en donde crecen estas plantas, por ejemplo: la profundidad y la pedregosidad del
suelo (que regulan la cantidad de humedad que puede proveer durante el año), las
diferencias en la insolación que reciben las plantas durante cada día y durante
todo el año, la exposición al viento y la intensidad o la frecuencia con la que
cada planta es cosechada por los colectores o por el ganado.
Es muy común que en nuestras
comunidades el orégano silvestre sea intensamente cosechado, ya sea para
autoconsumo o para su venta a los acaparadores de plantas medicinales. Es por
ello que de acuerdo con el sentir de los habitantes locales, cada vez es más
escaso o crece más despacio. Sin embargo, bajo condiciones de cultivo no muy
exigentes, el orégano puede crecer y proliferar con la calidad adecuada de
sabor, tamaño y aroma, como para su consumo directo o para la extracción de su
aceite esencial, lo que brinda una buena posibilidad de generar proyectos silvícolas
exitosos para las comunidades del Semidesierto Queretano. Lo que llevaría a
evitar su agotamiento descontrolado en las poblaciones silvestres, hecho que
actualmente pone en riesgo su permanencia y su estabilidad en este delicado
ecosistema semidesértico.
muy bontà ESA gente trabajadora en el oregano
ResponderEliminarmuy bontà ESA gente trabajadora en el oregano
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