LA MIEL Y TU PIEL
La piel cumple diversas funciones importantes
para nuestro cuerpo, por ejemplo: evita la pérdida excesiva de agua, dificulta
la penetración de microorganismos patógenos, permite el paso de pequeñas
cantidades de oxígeno y expulsa algunas sustancias de desecho.
Sobre nuestra piel se acumulan diariamente algunas
de las sustancias de desecho de nuestro interior, así como las sustancias que
nos rodean en el ambiente, entre ellas: partículas de polvo, residuos de la
combustión de los automóviles y microorganismos que se encuentran en el aire.
Ante esta acumulación diaria de sustancias
extrañas nuestra piel debe defenderse, y nosotros debemos ayudarle procurando
una limpieza adecuada, lo que además favorece su buen aspecto físico y nuestra salud.
El uso de aceites, extractos, ceras y esencias
naturales, además de otros productos como la miel, las frutas y algunos
minerales, fortalecen y mejoran las funciones de la piel, pues son nutritivos,
tonificantes y refrescantes.
Por el contrario, el uso de sustancias que no
son de origen natural como conservadores, colorantes y aceites sintéticos pueden
llegar a provocar reacciones alérgicas o pueden debilitarla y acelerar su
deterioro o incluso pueden favorecer la entrada de algunos agentes tóxicos al
cuerpo.
Nuestra piel al igual que los productos
cosméticos que usamos para su cuidado tienen un determinado valor de acidez o
pH, el cual en el caso de la piel es consecuencia de la presencia de ácidos
orgánicos, sales minerales y agua, mientras que el de los cosméticos depende de
su formulación.
El pH de la piel normal puede tener valores de
entre 4.5 y 6, por lo tanto para que un producto cosmético sea amable con
nuestra piel y actué acorde con la bioquímica de la misma, deberá tener un
valor de pH lo más cercano posible al de esta.
Un jabón convencional, como los que normalmente
usamos para el baño diario o para la limpieza facial tiene un pH de entre 9 y
10, por lo que resulta alcalino en lugar de ligeramente ácido.
El pH de algunos otros productos que con cierta
regularidad podemos estar usando también son alcalinos, por ejemplo:
Tintes y decolorantes del cabello = pH 8 a 10
Lociones y tratamientos para permanente = pH8-10
Cremas depilatorias = pH 11 a 14
Para atenuar los efectos negativos de este tipo
de cosméticos podemos recurrir al uso de productos con pH cercano al de nuestra
piel, (pH 5) y además podemos complementar los tratamientos faciales o
corporales con sustancias naturales que facilitan la recuperación del pH natural
de la piel después de la limpieza o de un tratamiento depilatorio.
La miel de abeja es una de las mejores alternativas
naturales para revitalizar, nutrir y embellecer la piel de todo el cuerpo.
La miel es una sustancia natural elaborada por
las abejas a partir del néctar de las flores. La composición química de la miel
incluye una gran cantidad de activos, entre los que destacan los azucares
sencillos, la cera, algunas vitaminas, aminoácidos, sales minerales, enzimas,
ácidos orgánicos y compuestos aromáticos.
El pH de la miel de abeja es de aproximadamente
3.9 y se debe a la presencia de ácidos orgánicos y antioxidantes naturales
propios de su composición.
Debido a la permeabilidad de nuestra epidermis, al
aplicar la miel de abeja en forma de marcarillas o ungüentos en cualquier parte
de nuestro cuerpo, muchos de los nutrientes melíferos penetran a la piel y contribuyen
a nutrirla, además de que los cristales de fructuosa y sacarosa que contiene la
miel cuando está cristalizada, pueden tener un leve efecto exfoliante, mientras
que la cera presente en su composición le provee un fino toque suavizante y
lustroso.
La miel en tu piel, te regala sus propiedades antisépticas,
limpiadoras, cicatrizantes, antioxidantes, energetizante para las células jóvenes
y de bálsamo que favorece la multiplicación celular.
El uso cosmético de la miel es una práctica
naturista que se ha difundido comercialmente en las últimas décadas y que ha
llegado hasta la formulación de diversos productos químicos y farmacéuticos que
la contienen como jabones, cremas, champú, mascarillas y maquillajes. Lo mismo ha sucedido con otros productos de la
colmena, como el polen, la jalea real, la cera de abejas y el propoleo, que en
conjunto se han utilizado con fines tanto cosméticos como terapéuticos y como
complementos alimenticios en diversas presentaciones.
Recomendaciones para el tratamiento de la piel
Para mantener nuestra piel sana y con la mejor
apariencia posible es importante tomar en cuenta las siguientes medidas
cosméticas, las cuales no tienen nada que ver con la compra de cosméticos sino
con prácticas de aseo personal y con un poco de cariño hacia nuestra persona.
Es muy importante dedicarle todos los días unos
minutos a nuestro rostro ya que es la parte más importante de nuestra imagen.
No hay que olvidar que debemos lavar nuestra cara por las mañanas y por las
noches, y que antes de dormir debemos retirar totalmente el maquillaje y las
impurezas acumuladas durante el día.
Usar un jabón neutro o de glicerina con esencias
naturales nos ayuda mucho. Es importante aplicar el jabón con movimientos
suaves para hacer un poco de espuma limpiadora; luego hay que enjuagar con agua
fría para tonificar los músculos de la cara. Si es posible, después de lavar es
recomendable refrescar con un poco de agua de rosas, de azahar o con un poco de
té de manzanilla, romero o sábila. Al secar la cara no hay que tallar la piel,
sólo hay que tocar la piel suavemente con la toalla.
Una vez a la semana es recomendable aplicar una
mascarilla natural, puede usarse miel con avena, yogurt natural o una papilla
de alguna fruta como la fresa o el pepino. La miel reconstituye la piel y la
suaviza, el yogurt blanquea y refresca, la fresa nutre y el pepino elimina el
exceso de grasa.
Después de la limpieza hay que aplicar algún suero
facial o crema nutritiva, de preferencia que contengan esencias naturales como
el romero que tonifica la piel, el geranio, que equilibra la secreción de grasa
o la sábila que suaviza y evita la aparición de arrugas prematuras.
No debemos olvidar que la piel cubre todo
nuestro cuerpo y que también debemos poner atención al cuidado de nuestras
manos, pies y labios. Para pies y manos existen cremas exfoliantes suaves que
contienen polvos de semillas como la avena y la nuez, además de extractos como
el Cuachalalate que nos ayudan a suavizar las partes endurecidas de tobillos,
codos y rodillas. Para los labios no hay nada mejor que los aceites naturales
como el de almendras y el de germen de trigo, y en general para todo el cuerpo
podemos preparar delicados aceites de baño con esencias relajantes y
nutritivas.
Todo esto siempre debe ir acompañado de la
nutrición interna de la piel y por eso nuestra alimentación deberá incluir
estos mismos elementos que nos ayudan a proteger la piel desde el exterior.
Las frutas y las verduras frescas no deben
faltar en nuestra dieta, así como el agua y los jugos o tés refrescantes.
Debemos incluir productos integrales y eliminar los alimentos industrializados
como refrescos, productos enlatados y alimentos instantáneos.
la miel y el polen es lo mismo?
ResponderEliminarLa miel es el néctar de las flores transformado por las abejas y el polen es una estructura reproductiva masculina de las flores.
EliminarLa miel es líquida o azucarada y dulce. El polen es un polvo granular.
que valiosa información! muchas gracias!
ResponderEliminaresta línea cosmética a base de mil es genial, tienen un gran producto
ResponderEliminar__________________________________________
tengo mas de 10 años de experiencia como promotor de marca