Dolor por contusiones y
estrés post traumático
Caso Clínico: Poncho
Macho
Edad: mayor de 5 años
(estimada)
Raza: Basset Hound
Una mañana
de noviembre de 2014, afuera de La Botica del Semidesierto, atropellaron a un
perrito que hasta ese día nunca habíamos visto en nuestro barrio. En ese
momento nadie acudió a ayudar a aquel perro extraño y nadie le reprochó al
conductor de una camioneta roja por haber cometido deliberadamente tal acción.
Ante tan
evidente abandono y con la intención de aliviar el dolor de aquel perro
desvalido, le dimos asilo en nuestro local y llamamos a nuestro amigo médico veterinario
Manuel Mendoza.
Así
comenzó la historia de Poncho en nuestras vidas.
El médico
lo revisó y descartó la presencia de fracturas y lesiones internas graves. Como
resultado del golpe sólo se presentaba una contusión fuerte en todo el costado
derecho y mucho dolor; no obstante, ese golpe no era todo lo afectaba la
condición y la salud de poncho, ya que su estado reflejaba un prolongado abandono
ya que estaba intensamente infestado de pulgas, esquelético por la desnutrición
y con las uñas de todas sus patas exageradamente largas, además de manifestar
una evidente tristeza que duró en sus ojos unas cuantas semanas más.
El
tratamiento aplicado por el médico veterinario consistió en: analgésicos, antiinflamatorios
y antibióticos inyectados por tres días, aplicación de líquido antipulgas, baño
con agua tibia y corte de uñas. Además recomendó compresas calientes y reposo
por tres días, después de los cuales había que llevarlo a caminar un poco cada
día hasta su recuperación total.
Una vez
iniciado su tratamiento médico, entró en escena el tratamiento de La Botica del
Semidesierto con medicina natural y alternativa, el cual vino a reforzar el
tratamiento médico para acelerar la recuperación de nuestro querido Poncho.
Tratamiento
de la Botica
Microdosis
de viburno y milefolium 5 gotitas de cada uno en un poco de agua, administrados
con una jeringa (sin aguja), cada cuatro horas durante una semana.
Viburno
es relajante muscular y milefolium es un analgésico, desinflamante y
cicatrizante interno, que se recomienda después de cirugías y después del
parto.
Comprimidos
de árnica, dos pequeñas tabletas de árnica por la mañana y dos por la noche, envueltas
en un trocito de queso o salchicha, durante siete días. El árnica es un analgésico
y desinflamante que ayuda en caso de heridas internas y externas.
Compresas
calientes en seco (las que recomendó el veterinario), pero con la administración
de tintura de ocotillo u olivo (Dodonaea viscosa)
aplicada en espray, con unas gotitas de aceite de lavanda, antes de colocar los trapos calientes sobre el cuerpo. Las
compresas se aplicaron diariamente por siete días, por la noche.
El
ocotillo (Dodonaea viscosa), al que en varias comunidades de Querétaro también se le conoce como
olivo o camí, es un arbusto muy frondoso, de color verde oliváceo que conserva
sus hojas durante todo el año y que sirve como leña o para la construcción de
enramadas, además de sus propiedades medicinales como desinflamante y
relajante muscular.
Más información sobre ocotillo:
Ocotillo (Dodonaea viscosa) en Villa Guerrero, Cadereyta, Qro.
Arbusto leñoso para usos en reforestación, medicinal y ornamental.
Durante
los días que siguieron al accidente de Poncho, el dolor fue desapareciendo
paulatinamente y la movilidad de su cuerpo se fue recuperando, para dar paso a
una relajada tranquilidad, que de vez en cuando daba paso a espontáneos brotes
de entusiasmo.
Una vez
recuperado del golpe y del dolor, comenzó el tratamiento de desparasitación.
El
médico aplicó una inyección de amplio espectro, con refuerzo en una semana,
mientras que en la Botica del Semidesierto, le dimos una tableta diaria de
Parasitosis a la hora de su comida, durante siete días.
La
composición de las tabletas de parasitosis incluye helecho macho, epazote,
hojas de granada y ajenjo, que son plantas muy conocidas de la medicina
tradicional mexicana para el tratamiento de parásitos del tracto digestivo.
Mientras
duró el tratamiento para la recuperación por el golpe, también trabajamos con
su aspecto y su acondicionamiento físico y estético.
Como
complemento final de su tratamiento físico le dimos durante un mes una tableta
de glucosamina, condroitina, calcio y cartílago de tiburón. Lo cual ayudó a
mejorar la movilidad de sus patas y su agilidad para el juego.
Para
bañarlo, se usó champú antipulgas durante un mes.
Salimos
a caminar todos los días por la tarde y a jugar en el parque Guillermo Prieto.
En un
mes Poncho se recuperó y entonces nos dedicamos a buscar un hogar para él.
Al
principio fue difícil, porque un perro es una responsabilidad, y con mayor
razón uno que ha sido víctima de abuso, ya que Poncho había sido abandonado o
había escapado de un encierro total en un espacio muy limitado, sin caminatas,
sin ejercicio, todo ello delatado por el crecimiento de sus uñas. Y sin
alimentación adecuada.
Para
mitigar el dolor emocional y la tristeza de Poncho usamos la receta universal
que dice que el amor lo cura todo. Le dimos todo el amor que nos fue posible y
él nos respondió de la misma manera. Nuestros cachorros aprendieron de él a
robarse los jitomates del huerto familiar en cuanto se tornaron rojos, les
enseñó a hacer agujeros en la tierra para buscar presas de caza, como es debido
en un perro de rastreo, y a todos nos deleitó con su muy particular forma de
aullar cuando demandaba comida, paseo o atención.
Semanas
después de haberlo encontrado y tratado, Poncho encontró su lugar en la familia
de nuestro querido amigo y entrenador de perros Gil Rosas. Con la familia de
Gil, Poncho vivió sus últimos años y fue muy feliz al lado de su princesa, y también conoció a una cachorra de su misma raza.
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